Cuando vamos a nuestra casita aprovecho el tiempo para estar con mis nuevas amigas. Aquí os presento a Otilia y a Marina(falta Angelina con la que también paso las horas muertas de cháchara). A mí siempre me han encantado los "mayores", porque son sabios y porque hablan claro. Son maestros de la vida, con una lección ya aprendida, con la experiencia de una vida muy vivida y sin necesidad de mostrar dobleces.
Marina es una mujer guapa, porque como ella dice "el que tuvo retuvo", es lectora como yo, lee y lee sin parar y ¡sabe tanto!, no me canso de escucharla. El domingo pasado me enseñó a tejer con agujas los ovillos de lana, y ahora estoy dale que dale a ver si hago bufandas a todo el mundo, pero la primera que haga será para ella.
Otilia con su cadera recién operada se recorre el pueblo a toda velocidad junto a su marido Anibal, es graciosa como ella sola. Se ha pasado tres meses en la cama mirando el techo y aburridísima, pero eso sí, está encantada porque como ella dice "el hijo me ha cuidado mucho, y el marido también". Tiene una voz de lo más peculiar y era la mejor amiga de la abuela de Pedro, así que le encanta contarme historias de todas las cosas que hacía con ella cuando vivía. Anibal no quiso ponerse en la foto. Me lo encuentro todos los días paseando calle arriba y abajo, se para, me mira y siempre me hace una reflexión. Le gusta hablar de España, de cómo van las cosas, de cómo podrían ir mejor, de cómo eran antes, de cómo son ahora...vamos que, resumiendo, no tengo tiempo para aburrirme, sería un pecado con una compañía tan grata y enriquecedora.
Marina es una mujer guapa, porque como ella dice "el que tuvo retuvo", es lectora como yo, lee y lee sin parar y ¡sabe tanto!, no me canso de escucharla. El domingo pasado me enseñó a tejer con agujas los ovillos de lana, y ahora estoy dale que dale a ver si hago bufandas a todo el mundo, pero la primera que haga será para ella.
Otilia con su cadera recién operada se recorre el pueblo a toda velocidad junto a su marido Anibal, es graciosa como ella sola. Se ha pasado tres meses en la cama mirando el techo y aburridísima, pero eso sí, está encantada porque como ella dice "el hijo me ha cuidado mucho, y el marido también". Tiene una voz de lo más peculiar y era la mejor amiga de la abuela de Pedro, así que le encanta contarme historias de todas las cosas que hacía con ella cuando vivía. Anibal no quiso ponerse en la foto. Me lo encuentro todos los días paseando calle arriba y abajo, se para, me mira y siempre me hace una reflexión. Le gusta hablar de España, de cómo van las cosas, de cómo podrían ir mejor, de cómo eran antes, de cómo son ahora...vamos que, resumiendo, no tengo tiempo para aburrirme, sería un pecado con una compañía tan grata y enriquecedora.